Gracias a los Quintero-Monsalve

(Respuesta al abuelo de la criaturita, Miguel Augusto) Cuando llegué a este mundo supe que uno de mis abuelos me cargó y el otro ya se había ido, para poder hacerlo. No recuerdo a ninguno, de manera que he tenido la fortuna de tener abuelas para conocer y abuelos para imaginar. A pesar de esta condición los quiero a los 4 como si todos los días estuvieran conmigo (solo una lo sigue estando), pienso sin dudas que son mis ángeles de la guarda. Siempre que conozco a los padres de los que considero mis amigos encuentro muchas respuestas a eso que uno simplemente siente, a veces (como en el caso de Dolly) es evidente la calidad humana de su papá y de su mamá. Para mí ha sido un regalo conseguirme con tantas bendiciones y palabras lindas, después de un gesto tan espontáneo de celebrar a esta nueva vida como mejor lo sé hacer: con letras y música. 

Mil gracias por hacerme llegar estas letras y en algo no se equivoca, siempre he pensado que si debemos preocuparnos por los demás, esos tienen que ser las muchas personas que tenemos cerca. He hecho labor social desde que tengo noción de lo que es ayudar a las demás personas, he ido a hospitales, ancianatos, casas de niños especiales, etc. y desde que me decidí a mirar mejor en mi entorno la felicidad de lo que para mí es compartir ha sido un lindo regalo. No se conoce a las personas por azar, ni por conocerlas, estamos para algo más y siempre he apostado por exteriorizar lo que se siente, porque de otra manera ¿cómo uno se entera de las cosas que pasan, se sienten, molestan en un determinado momento, se quieren, etc? Primero lo primero como también dicen los abuelos, así que muchas gracias por este gesto de escribirme y felicitaciones por sumarse a la aventura del correo electrónico. Todo es cuestión de práctica.